Alumnado: José Ángel, Pablo,Rafa Guerrero,Samuel y Antonio Manuel
Maestros: Mari Carmen y Paco.
Maestros: Mari Carmen y Paco.
El sureste que sopla nos siembra la duda, de acometer o no la salida que tenemos programada para hoy. La niebla parece reinar allí, en la sierra. Consultamos los mapas meteorológicos y parece ser que la masa de nubes bajas no se extiende más allá de los 1400 metros de altitud.
Decididos salimos a hacer la ruta. En toda la subida nos acompaña el sureste cargado de la mencionada niebla, mientras subimos parece que la niebla se hace menos densa y los primeros azules del cielo decoran el paisaje.
Llegamos al Saucillo, plataforma ésta, más próxima a la nieve. La temperatura es agradable, el viento es brisa cargado de nubes bajas.
Presentamos la excursión a los alumnos y hacemos los primeros ejercicios de orientación.
La subida la hacemos de forma no exigente. Visitamos el turístico "pozo de nieve", donde nos fotografiamos.
Cerca de la Fuente de la Perdiz aparecen los primeros restos de la última nevada, lo que hace que los alumnos irradien felicidad y algún que otro atrevido confecciona la primera bolita de nieve para lanzarla al compañero.
En el suelo, los regueros de agua que emanan de la fuente son plataformas resbaladizas de hielo, lo que augura un mal presentimiento a la hora de terminar la ruta por donde la hemos programado.
En el Llano de la Casa la nieve es abundante y el sendero empieza a ser resbaloso. En Picacho desayunamos.
Continuamos la marcha y unos metros más adelante la climatología cambia espectacularmente, el cielo está totalmente despejado y el azul del cielo se presenta limpio y cálido.
Coronamos el Cerro del Cuco y nos encaminamos hacia Enamorados y Cerro Alto de Yunquera, el día es claro y hermoso, la nieve decora toda la ladera y hace de espejo de los nada tímidos rayos de sol.
El sendero se torna helado, se hace peligroso por momentos, hay riesgo de caídas incontroladas y decidimos suspender la marcha.
Los niños ya han tomado su decisión, sacan su equipo (plásticos y sacos) y empiezan a deslizarse rampa abajo, mientras buscamos una alternativa.
No muy lejos se divisa un llano algo inclinado que parece diseñado para el placer de jugar con la nieve. Jugamos, almorzamos, jugamos, jugamos...
En varias ocasiones queremos ponernos en marcha para regresar y hacer un recorrido alternativo, pero la insistencia de los niños por seguir jugando puede con nosotros.
Retomamos la excursión para deshacer los pasos que hicimos por la mañana. El sureste nos acompaña hasta Yunquera. Ha sido un buen día.
